Jóvenes, salud mental y adicciones.

Jóvenes, salud mental y adicciones.

Dianova organizó una mesa redonda virtual sobre estos temas para celebrar el Día Mundial de la Infancia, el 20 de noviembre.

Los efectos de la pandemia en la salud mental de los jóvenes, el abordaje terapéutico, la situación de colectivos más vulnerables y el rol de los consumos de sustancias son algunos de los temas que se debatieron en la mesa redonda organizada el pasado 23 de noviembre. El Día Mundial de la Infancia, que se conmemora cada 20 de noviembre, nos ofrece un punto de partida para llevar a cabo medidas inspiradoras para defender, promover y celebrar los derechos de niños, niñas y jóvenes a través de diálogos y acciones que construirán un mundo mejor. Desde Dianova quisimos aprovechar esta ocasión para visibilizar la situación de la juventud respecto a los cambios sociales, el impacto en la salud mental y la relación con las adicciones con y sin sustancia.

Desde Dianova consideramos que es imposible celebrar este día sin hacer una mención especial a la situación de la infancia en todas las zonas de guerra, en particular en la Franja de Gaza.

Según la ONG Save the Children, unos 6.000 niños y niñas han fallecido en esta guerra hasta la fecha, más que el número total de niños muertos en los otros conflictos en el mundo desde 2019. La infancia nunca debe ser un objetivo de guerra para ninguna de las partes.

Mesa redonda virtual

La mesa de personas expertas abordó los retos a los que se enfrentan los jóvenes con problemas de salud mental en relación con las adicciones, e identificó acciones que deben de ser abordadas.

Para ello, contamos con personas expertas que hablaron desde diferentes perspectivas y partes del mundo: Celia Prat, Coordinadora de programas de la Fad Juventud (España); Patricia Puigdevall – Coordinadora de Novasalud y del área de formación de Dianova Uruguay; Simon Tavera, Presidente, Federación Mexicana de Comunidades Terapéuticas y Xochitl Mejia, Fundadora y Directora Terapéutica del Centro de Desarrollo Humano Tonalli (México). La moderación estuvo a cargo de la Dra. Gisela Hansen de Dianova.

No desestimar el sufrimiento psíquico de los jóvenes

Patricia Puigdevall resaltó la necesidad de trabajar en una escucha real y de tener en consideración la situación en el momento de la persona joven, de validar sus sentimientos y tratar de ver más allá para enmarcarlos y tratarlos debidamente. La juventud es una etapa bastante incomprendida y hay que entenderla como una etapa en sí misma, no como un mero proceso a la edad adulta. Un joven es un joven, y no un mero proyecto de adulto, como muchas veces se les trata desde el punto de vista terapéutico. Por ello, es importante como terapeuta hacer una escucha real de sus auténticas necesidades y no infravalorarlas.

Salud mental de los jóvenes en conflicto con la ley

Simón Tavera se centró en el colectivo de jóvenes en conflicto con la ley ya que es uno de los grupos más vulnerables y complejos de diagnosticar. Este grupo se enfrenta a mayores niveles de agresión y violencia, sufre un mayor déficit cognitivo y se enfrenta a niveles de abandono familiar y exclusión social más elevados.

La persona adolescente que ha cometido un delito no pierde su derecho a la salud y en caso de presentar un problema de consumo de sustancias, debe recibir un tratamiento profesional, con base a evidencia y buenas prácticas, para mitigar las causas, promover la reinserción social y disminuir la posibilidad de la reincidencia.

Para trabajar en temas de salud mental y adicciones, es necesario contar con requerimientos técnicos y normativos sólidos. La privación de libertad debe ir acompañada de un proceso formativo, que fomente los vínculos de la personalidad y el pleno uso de sus capacidades, apostando por una justicia restaurativa.

Evolución de los jóvenes y salud mental

Lamentablemente hoy en día, los jóvenes con problemas de salud mental se enfrentan a mayores niveles de exclusión social, de discriminación y de dificultades educativas. Todos estos son componentes de riesgo en relación con las adicciones.

Celia Prat presentó datos de España que hacen patente la compleja situación a la que se enfrentan los jóvenes. Destaca que haya un elevado porcentaje con depresión, trastorno por ansiedad y el uso de psicofármacos sin prescripción médica. A nivel general, afecta más a las chicas que a los chicos y se observan una peor evolución en datos en la población más joven.

Preocupa y mucho que sólo la mitad de los jóvenes con problemas de salud mental hayan buscado ayuda profesional y que uno de los principales motivos por el que no lo hayan hecho, sea el económico. No se lo pueden permitir. Más preocupante aún es el hecho de que 35 % de los jóvenes con problemas de salud mental no lo hayan comentado con nadie, invisibilizando el problema más si cabe.

Analizar la función de los consumos de sustancias

Xochitl Mejía se centró en la importancia de analizar qué funciones cumplen los consumos de drogas en la situación de los jóvenes. Aquí de nuevo, se trata de hacer una escucha real de lo que esos consumos significan. Los consumos de sustancias entre jóvenes pueden hacerles sentir que se alejan del control de los adultos, darles una mayor sensación de protagonismo, de pertenencia al grupo, tener una mayor sensación de libertad y de invulnerabilidad.

Únicamente castigando y penalizando los consumos no se abordarán los problemas y siendo permisivos con ellos tampoco. Se trata de ver más allá y buscar enfoques efectivos.

El efecto de la pandemia en la salud mental

Indudablemente, la pandemia afectó a la salud mental de los jóvenes. En España, tal y como presentado por Celia Prat, un 30 % de los jóvenes considera que su salud mental ha empeorado en los últimos años, lo que supone un aumento considerable. O como comentó Patricia Puigdevall, los datos del último año en donde se observa un incremento de la intención a quitarse la vida de un 7 % en Uruguay entre jóvenes de 12 a 15 años y un incremento en el abandono de actividades habituales a causa de la tristeza de entre un 8 a un 23 %.

Aún hacen falta más estudios para determinar cómo ha afectado exactamente la pandemia. Sin embargo, un tema que destacaron los participantes de la mesa redonda es que el COVID también ha potenciado casos que ya existían o preexistían. El hecho de que se hayan visibilizado y se les preste más atención en la actualidad también puede verse como una oportunidad para escucharlos y tratarlos.

La prevención como piedra angular de las acciones

Como ante muchas problemáticas, según las voces expertas de la mesa, llegamos tarde para tratar los problemas de salud mental de los jóvenes. Pero hay que tener bien claro que si bien el tratamiento es crucial y necesario, queda un gran trabajo por hacer en el ámbito de la prevención de la salud mental y las adicciones. La prevención debería ser la fuerza motora. Lamentablemente, muchas veces lo urgente (el tratamiento), no permite que se trabaje en lo importante. Como comentaba Xochitl Mejía, la prevención efectiva no “vende” bien.

Además, para que sea efectiva ante esta problemática debería tratarse de intervención comunitaria que se conectase e integrase a diferentes niveles territoriales. En la actualidad, tal y como destaco Simón Tavera, existen muchos servicios públicos y programas sociales, pero éstos no se coordinan en diferentes niveles territoriales. Hay poca conexión entre los individuos y la sociedad. Un mayor trabajo en red y conectividad de los servicios permitiría una mayor integridad en el trabajo con jóvenes con problemas de salud mental. Esta es una apuesta a largo plazo.

Otras posibles acciones palanca para mejorar la situación

Además de las ya mencionadas, en la mesa redonda, se abordaron otras posibles acciones y medidas para reforzar el trabajo de salud mental, jóvenes y adicciones. Destacamos las siguientes:

  • Se deben derrumbar tabúes y desestigmatizar la necesidad de trabajar en el plano de la salud mental.
  • Si bien esta problemática está calando a nivel político, se requiere una mayor inversión para los planes de prevención y tratamiento.
  • Garantizar recursos de apoyo que sean accesibles y asequibles. Hay que eliminar la burocracia que aleja a potenciales usuarios de los servicios.
  • Formación de los profesionales que traten con jóvenes y en especial a los docentes en detección precoz, variables de género, etc.
  • Capacitar a las familias en el abordaje de esta problemática y proporcionarles mayores recursos.
  • Fomentar la educación emocional, afectiva y sexual.
  • Reforzar la evidencia y datos en este ámbito. Contar con observatorios de salud mental.

Como se puede constatar, las adicciones con y sin sustancia no relucieron como un tema central de la mesa redonda, sino más bien como una causa o consecuencia. Ante el colectivo de jóvenes con problemas de salud mental es prioritario generar competencias y bienestar y no trabajar solo desde el problema de las sustancias, sino más bien en los recursos que estamos generando para contrarrestarlos.

Desde Dianova queremos agradecer a las personas que participaron en la mesa redonda por compartir con nosotros su tiempo y conocimiento. Esperamos que la conversación haya sido de su interés y que haya despertado tantas inquietudes como a nosotras!

 

Las personas que utilizan drogas y la salud mental

Las personas que utilizan drogas y la salud mental

El CSFD está formado por 45 organizaciones de la sociedad civil de toda Europa que representan diferentes ámbitos de la política de drogas y diversas posturas dentro de los mismos. Su objetivo es proporcionar una amplia plataforma para un diálogo estructurado entre la Comisión y la sociedad civil europea que apoye la formulación y aplicación de la política en materia de drogas mediante un asesoramiento práctico. El CSFD acoge con satisfacción la inclusión de los problemas a los que se enfrentan las personas que consumen drogas, incluidos los problemas de salud mental, en la agenda política, ya que se trata de un tema que requiere una atención urgente y que hasta ahora se ha pasado por alto.

Contexto

Las complejidades de la relación entre los trastornos mentales y los daños relacionados con las drogas son evidentes. Los factores determinantes de los trastornos mentales incluyen la desigualdad, la marginación, la discriminación, la estigmatización, la violencia, la falta de vivienda y las experiencias infantiles adversas, y existen en niveles sociales, económicos y comerciales muy amplios. Las personas que utilizan drogas suelen ser ya vulnerables a estos factores debido a su consumo de drogas.

Además, tanto los daños relacionados con las drogas como las enfermedades mentales afectan de forma desproporcionada a las comunidades estigmatizadas y marginadas. Las mujeres se presentan a los servicios con problemas de salud mental más graves que los hombres, que se han desarrollado a lo largo de períodos más cortos de drogodependencia. Los jóvenes pueden recurrir a las sustancias como automedicación, en un intento de aliviar la ansiedad, la depresión y otros problemas relacionados con la angustia juvenil, que pueden desembocar en graves problemas de salud mental si no se abordan con prontitud. Sin embargo, estas dos subpoblaciones tienen un acceso desigual a servicios específicos adaptados a sus necesidades. Además, las minorías étnicas y los grupos indígenas, que ya sufren múltiples vulnerabilidades interrelacionadas y se ven afectados de forma desproporcionada por los esfuerzos de control de drogas, también suelen quedar excluidos de los sistemas actuales de prestación de servicios.

Terminología/conceptualización

El término «patología dual» se utiliza a menudo en el contexto de las personas con un trastorno mental que consumen drogas e implica una enfermedad con una causa biológica conocida. Las condiciones de salud mental pueden estar determinadas por la interacción entre un individuo y su entorno social y no necesariamente por su bioquímica cerebral. El uso del término «patología» promueve un enfoque predominantemente farmacológico y puede conducir a una mayor (sobre)medicalización. Por su parte, el término «comorbilidad» describe la coexistencia de dos enfermedades (en este contexto, una enfermedad mental y el consumo de sustancias). Los miembros del CSFD están de acuerdo en que el término «comorbilidad» debería utilizarse en lugar de «patología dual», ya que pone de relieve la complejidad de la relación entre ambas afecciones y promueve un enfoque más integrado, holístico y centrado en la persona. También subraya que la dependencia y el consumo de drogas de alto riesgo no siempre están asociados a problemas de salud mental.

Relaciones complejas

Debido a la complicada relación entre los trastornos mentales y el consumo de drogas, a menudo es difícil detectar si los problemas mentales se desencadenaron por el consumo continuado de sustancias (alcohol incluido) o bien, como se señala cada vez con mayor frecuencia, si el consumo de drogas o incluso la dependencia tienen su origen en un malestar emocional y una vulnerabilidad psicológica preexistentes. Las personas con comorbilidades requieren acceso a intervenciones de alta calidad debido a la complejidad y la interseccionalidad de los problemas que experimentan y los riesgos a los que se enfrentan. Al mismo tiempo, a menudo las personas con comorbilidades reciben un diagnóstico erróneo y una atención médica inadecuada o insuficiente. Un diagnóstico adecuado es crucial para desarrollar un plan de tratamiento individual, ajustado a las necesidades de cada persona. El tratamiento de las comorbilidades debe ser integral, adaptado a las características del individuo (perfil, necesidades y expectativas, interacción con su comunidad, entorno, etc.) y fundamentado en una perspectiva interseccional, sensible al género y basada en los derechos humanos.

Un enfoque centrado en la persona es particularmente importante dadas las necesidades específicas de los individuos que experimentan esta comorbilidad y que también forman parte de los grupos vulnerables mencionados anteriormente. La OMS informa de un aumento de las tasas de adolescentes que presentan mala salud mental o trastornos mentales. En todo el mundo, uno de cada siete jóvenes de 10 a 19 años padece un trastorno de salud mental, mientras que el suicidio es la cuarta causa de muerte entre los jóvenes de 15 a 29 años. Este deterioro de la salud mental puede conducir a un mayor riesgo de desarrollar una comorbilidad más adelante en la vida, por lo que es esencial garantizar una atención adecuada a los jóvenes que puedan estar en riesgo de desarrollar una comorbilidad.

Obstáculos a la atención

El sistema actual de atención a la salud mental da prioridad a las grandes instituciones de salud mental especializadas y promueve la atención hospitalaria como método principal de intervención. En los métodos de tratamiento suele predominar el enfoque farmacológico. Muchos países de la UE muestran una financiación insuficiente de los servicios de salud mental y una distribución ineficaz y sesgada de los recursos disponibles dentro del sistema.

A menudo se pasan por alto las opciones basadas en la comunidad para la prestación de servicios. La falta de recursos y la presión sobre el sistema conducen a una aplicación insuficiente de enfoques integrados y centrados en la persona. Esto es especialmente evidente en el contexto del tratamiento con agonistas opiáceos (TAO). Aunque se ha demostrado que los programas de TAO son eficaces en todo el mundo, algunos criterios de elegibilidad pueden ser extremadamente difíciles de cumplir, lo que crea barreras para la permanencia en el programa para las personas que consumen opiáceos y sufren problemas de salud mental. Además, los clientes de los programas de TAO tienen dificultades considerables para acceder al tratamiento en un pabellón psiquiátrico, por ejemplo, si su estado requiere estabilización en un área de salud mental distinta de la drogodependencia, es decir, depresión, psicosis, etc. La falta de recursos puede hacer que incluso los centros equipados para tratar comorbilidades tengan dificultades para administrar el TAO.

Recomendaciones

  • Garantizar la disponibilidad de servicios de salud mental para las personas que consumen drogas no sólo en el contexto del tratamiento de la drogodependencia. En particular, mantenerse alerta ante el riesgo de sobremedicalización de las personas con comorbilidades.
  • Mejorar la accesibilidad de la atención mediante el desarrollo de opciones de servicios ambulatorios basados en la comunidad, que ofrezcan servicios de atención a la salud mental y al consumo de sustancias a nivel de atención primaria.
  • Dada la naturaleza biopsicosocial de las comorbilidades de la salud mental y el consumo de sustancias, los enfoques para abordarlas deben ser polifacéticos e incluir no sólo medidas médicas y psiquiátricas, sino también intervenciones sociales, familiares y comunitarias. De ahí que la medicación deba ir acompañada de otras estrategias terapéuticas basadas en el componente «psicosocial».
  • Debe garantizarse la continuidad de la atención ampliando los servicios de reinserción mediante la creación de oportunidades de reinserción social y profesional, a través de centros de día y servicios de seguimiento psicosocial, con el fin de proporcionar a las personas las herramientas que necesitan cuando acaban el programa de tratamiento.
  • Las autoridades públicas deben garantizar la sostenibilidad a largo plazo de los servicios de reinserción, en particular en el sector residencial, en contra de los actuales incidentes crecientes de infrafinanciación.
  • Es vital invertir en servicios, investigación e innovación en el ámbito de la salud mental y el consumo de drogas, así como en la reducción de daños, la prevención, el tratamiento y la recuperación dentro de un enfoque biopsicosocial. Es esencial apoyar el desarrollo de programas específicos dentro de los servicios de drogodependencia e incluir una perspectiva interseccional y de género.
  • Debe garantizarse un seguimiento y evaluación continuos de la eficacia de las intervenciones.
  • Deben utilizarse técnicas basadas en la evidencia, evitando la sobremedicalización y promoviendo el entrenamiento y la educación en habilidades individuales y mecanismos de afrontamiento que aumenten el nivel de autonomía de las personas.
  • Las autoridades públicas también deben garantizar que el deterioro de la salud mental entre los jóvenes se aborde de forma prioritaria para disminuir el riesgo de desarrollo de comorbilidades en etapas posteriores de la vida.
  • Revisión de los planes de estudios de los especialistas en servicios de salud mental y consumo de sustancias para garantizar la inclusión de perspectivas centradas en la persona y de género.
  • Deben fomentarse los enfoques biopsicosociales centrados en la persona (incluida la minimización de la sobremedicalización) mediante la formación y el establecimiento de equipos multidisciplinares capaces de abordar diversos problemas.
  • Deben desarrollarse campañas de sensibilización para reducir la estigmatización y mejorar los conocimientos sanitarios.

 

Salud mental en Chile: un enfoque preventivo.

Salud mental en Chile: un enfoque preventivo.

Es imperativo identificar y comprender los factores de riesgo que influyen en el bienestar psicológico de la población – el ejemplo de Chile.

Chile, un país de diversidad geográfica, cultural y social, enfrenta desafíos significativos en el ámbito de la salud mental. En el marco de transformaciones sociales, históricas y ambientales, es imperativo identificar y comprender los factores de riesgo que influyen en el bienestar psicológico de la población. Desde las desigualdades socioeconómicas hasta las presiones culturales modernas, estos elementos configuran el panorama de la salud mental en el país. Abordar estos factores desde una perspectiva preventiva no solo es una necesidad, sino también un compromiso ético y social. En este artículo, exploraremos en profundidad estos riesgos y reflexionaremos sobre posibles estrategias preventivas para construir un Chile más resiliente y mentalmente saludable.

Los factores de riesgo
 Desigualdades socioeconómicas: Las marcadas diferencias socioeconómicas, la inequidad para acceder a servicios educacionales y de salud, el importante nivel de endeudamiento de los hogares chilenos, son algunos de los factores que influyen en generar situaciones de estrés, desesperanza y frustración, afectando principalmente, la salud mental de quienes enfrentan condiciones de vida más desfavorables.
 Estigma social: A pesar de los avances en la comprensión de los trastornos mentales, todavía persisten prejuicios y estigmatización hacia las personas con problemas de salud mental en Chile. En este sentido, un fenómeno preocupante, tiene que ver con el desestimo de las emocionalidades. Así como la academia y el mundo profesional ligado a la salud mental, avanzan en instalar en la sociedad chilena una mirada comprensiva del ámbito emocional, otras voces avanzan en retomar procesos de crianza basados en las normas y reglas, avalando la violencia cómo mecanismo de crianza y relativizando e incluso ridiculizando, los temas asociados a emocionalidad sana.
 Traumas históricos y recientes: Eventos traumáticos como la dictadura y las recientes movilizaciones sociales pueden generar un impacto emocional en diversas generaciones, dando lugar a trastornos de estrés postraumático, entre otros.
 Falta de acceso a atención especializada: El acceso limitado o tardío a servicios de salud mental puede empeorar los síntomas y complicar la recuperación.
 Consumo de sustancias: El consumo excesivo de alcohol, tabaco y otras drogas se relaciona con problemas de salud mental y puede ser tanto un síntoma como un factor de riesgo.
 Factores ambientales: La urbanización acelerada, el ruido, la contaminación y la falta de espacios verdes en algunas zonas pueden influir negativamente en el bienestar psicológico.
 Desempleo y precariedad laboral: La falta de empleo o la inestabilidad laboral pueden generar estrés, ansiedad y otros problemas relacionados.
 Acontecimientos vitales negativos: Situaciones como la pérdida de seres queridos, enfermedades graves o experiencias traumáticas pueden aumentar el riesgo de problemas de salud mental.
 Antecedentes familiares: La presencia de trastornos mentales en la familia puede aumentar el riesgo de desarrollar problemas similares.
 Presión social y expectativas culturales: La presión por cumplir con roles y expectativas sociales, así como la comparación constante en un mundo digitalizado, pueden generar ansiedad y afectar la autoestima. En este sentido el rol de las redes sociales, la instalación de cánones de belleza, de éxito, de riqueza y felicidad, influyen en sensaciones de insatisfacción permanente.
 Desastres naturales: Chile, por su geografía, es susceptible a desastres naturales como terremotos, tsunamis y erupciones volcánicas, además de desastres relacionados al clima, cómo incendios forestales de gran magnitud en verano o periodos de inundaciones en invierno. Estos eventos pueden tener un impacto profundo en la salud mental de las comunidades afectadas y en la sensación de peligro permanente que se instala en la idiosincrasia nacional.

Reconocer estos factores de riesgo es esencial para desarrollar estrategias preventivas eficaces en salud mental. En Chile, se necesita un enfoque integral que aborde estos desafíos desde múltiples perspectivas, promoviendo la resiliencia y el apoyo comunitario y garantizando el acceso a servicios de salud mental de calidad. Los factores de riesgo que se presentan son variados y de una complejidad de difícil abordaje, por lo que generar estrategias preventivas eficaces en salud mental es un desafío de envergadura. Existe la necesidad de instalar el tema cómo prioritario, donde el desafío más importante, es cómo los organismos técnico competentes, influyen en una gran política pública de abordaje de la salud mental.

Perspectivas y propuestas de la Sociedad Académica y Sociedad Civil desde un enfoque preventivo.

La salud mental con enfoque preventivo ha ganado reconocimiento y relevancia en las últimas décadas, y tanto la sociedad académica como la sociedad civil han planteado diversas perspectivas y propuestas en este ámbito. A continuación, se exponen las principales posturas y recomendaciones de ambas:

Sociedad Académica:
 Investigación: Se subraya la importancia de la investigación constante para identificar factores de riesgo y de protección asociados a trastornos mentales. Estos estudios proporcionan una base científica para las intervenciones preventivas.
 Educación temprana: Se promueve la integración de programas de salud mental en los currículos educativos desde edades tempranas, enseñando habilidades socioemocionales, resolución de conflictos y manejo del estrés.
 Capacitación profesional: Se destaca la necesidad de capacitar a profesionales de la salud, educación y otros sectores relacionados en la detección temprana de signos de trastornos mentales y en la intervención oportuna.
 Intervenciones basadas en evidencia: Se promueve el uso de intervenciones preventivas que hayan demostrado eficacia en estudios científicos.
 Políticas públicas: Se insta a los gobiernos a desarrollar y fortalecer políticas públicas centradas en la prevención en salud mental, basadas en datos empíricos.

Sociedad Civil:
 Accesibilidad: La sociedad civil aboga por garantizar el acceso universal a programas y servicios de prevención y atención en salud mental, sin importar el estatus socioeconómico.
 Desestigmatización: Se enfatiza en la importancia de erradicar el estigma asociado a los trastornos mentales, promoviendo la conciencia y la educación en este ámbito.
 Participación comunitaria: Se reconoce el papel central de la comunidad en la prevención, promoviendo la creación de redes de apoyo y espacios seguros para el diálogo y la expresión.
 Derechos humanos: Se subraya que la prevención y atención en salud mental es un derecho humano fundamental, y se exige el respeto y garantía de este derecho.
 Información y recursos: Desde organizaciones no gubernamentales y grupos comunitarios, se trabaja en proporcionar información, recursos y herramientas a la población para promover la salud mental.

Conclusión
Tanto la sociedad académica como la civil coinciden en que la prevención es un pilar fundamental en la promoción de la salud mental. Mientras la academia se enfoca en la investigación, la formación y la evidencia, la sociedad civil pone énfasis en los derechos, el acceso y la participación comunitaria. Ambas perspectivas son esenciales para una estrategia integral y eficaz en salud mental preventiva. La capacidad de construir un sistema integral potente e influyente en la visión de la ciudadanía, sostenido en una Política Pública de calidad, que facilite un proceso de cambio de paradigma con mirada de mediano y largo plazo, serán los entes centrales, para llevar adelante un proceso virtuoso de cambio y mejora.

Autores

Davide Brundu: Director Ejecutivo Dianova Chile-Nova Salud SA Bienestar-Salud Mental- Adicciones

Rodrigo Sanhueza Rojas: Director de Programas Dianova Chile

 

Informe Europeo sobre Drogas – En Todas partes, en Todo

Informe Europeo sobre Drogas – En Todas partes, en Todo

La agencia de la UE en materia de drogas, el Observatorio Europeo de las Drogas y las Toxicomanías (OEDT), recopila y analiza anualmente los datos enviados por los Estados miembros de la UE, Turquía y Noruega para elaborar el Informe Europeo sobre Drogas. Este artículo presenta algunos extractos del informe que consideramos especialmente relevantes para el ámbito de trabajo de Dianova. El informe completo está disponible aquí.

Uno de los mensajes clave del informe es que el impacto del consumo de drogas ilegales se percibe actualmente en casi toda nuestra sociedad. Casi todo lo que tiene propiedades psicoactivas puede ser utilizado como droga. Esto significa que todo el mundo, directa o indirectamente, puede verse afectado por el consumo de drogas ilegales y los problemas asociados al mismo.

Extractos del informe del OEDT:

En todas partes

Hoy en día, los problemas relacionados con las drogas repercuten en casi todas partes. En el ámbito nacional, se manifiestan y agravan otros problemas políticos complejos, como la falta de vivienda, la gestión de los trastornos psiquiátricos y la delincuencia juvenil. También estamos observando mayores niveles de violencia y corrupción impulsados por el mercado de la droga en algunos países. A escala internacional, los problemas de la droga están creciendo en muchos países de renta baja y media, socavando la gobernanza y el desarrollo y sumándose a los ya considerables retos de salud pública y seguridad a los que se enfrentan muchos países.

En todo

Cada vez más observamos que en el mercado de las drogas puede aparecer casi cualquier sustancia con propiedades psicoactivas, a menudo mal etiquetada o en mezclas, con lo que los consumidores pueden no ser conscientes de lo que están consumiendo, lo que aumenta los riesgos para la salud y crea nuevos retos para la aplicación de la ley y la regulación.

Todo el mundo

El impacto de los acontecimientos que estamos presenciando significa que todo el mundo puede verse afectado de alguna manera por el consumo de drogas ilegales, el funcionamiento del mercado de las drogas y los problemas asociados al mismo. Directamente, lo vemos en quienes desarrollan problemas y necesitan tratamiento u otros servicios. Indirectamente, lo vemos en el reclutamiento de jóvenes vulnerables para la delincuencia, la presión sobre los presupuestos sanitarios y los costes sociales para las comunidades que se sienten inseguras o donde las instituciones o las empresas se ven socavadas por la corrupción o las prácticas delictivas.

La mayor diversidad en la disponibilidad y el consumo de drogas está creando nuevos retos sanitarios y políticos

La elevada disponibilidad de drogas ha ido acompañada de una mayor diversidad de sustancias en el mercado de drogas ilícitas, exponiendo a los consumidores a una gama más amplia de sustancias psicoactivas. Entre ellas se encuentran las nuevas drogas sintéticas, cuyos riesgos para la salud suelen conocerse poco. Esto suscita preocupación por la posibilidad de que aumente el consumo de sustancias ilícitas en general y los riesgos asociados a algunas de ellas. Las personas que consumen drogas pueden correr un mayor riesgo de sufrir efectos nocivos para la salud, incluidas intoxicaciones y muertes, al consumir, posiblemente sin saberlo, sustancias de mayor potencia o más novedosas, o mezclas de sustancias en las que las interacciones entre las drogas pueden aumentar los daños potenciales para la salud.

Las respuestas coordinadas y basadas en pruebas pueden funcionar, pero a menudo no están suficientemente disponibles

Aunque siguen existiendo importantes lagunas de conocimiento, la investigación y la inversión en el desarrollo de servicios significa que, en los ámbitos de la prevención del consumo de drogas, el tratamiento, la reducción de daños y el apoyo a la recuperación, ahora comprendemos mejor qué intervenciones tienen más probabilidades de ser eficaces. La naturaleza interrelacionada de los problemas asociados al consumo de drogas y otras cuestiones complejas de política social también significa que hay un mayor reconocimiento de la necesidad de respuestas más integradas y globales. Por lo tanto, se necesitan sinergias con la política y la práctica en otros ámbitos importantes, como el apoyo a la vivienda, la asistencia sanitaria genérica, los servicios para jóvenes y ancianos, la prestación de servicios de salud mental y el sistema de justicia penal. Sin embargo, tanto la disponibilidad de respuestas específicas a las drogas como los ejemplos de modelos de atención integrados y bien desarrollados son muy heterogéneos a escala europea y, en muchos países, es necesario invertir más en ambos ámbitos.

Creciente apoyo a la aplicación de medidas de prevención del consumo de sustancias basadas en pruebas

La prevención del consumo de sustancias pretende detener o retrasar el consumo de drogas psicoactivas. También puede ayudar a quienes han empezado a consumir sustancias a evitar el desarrollo de trastornos por consumo de drogas. Sin embargo, históricamente no todos los enfoques utilizados en este ámbito han resultado eficaces, y el interés por la identificación y aplicación de programas de prevención basados en pruebas ha ido en aumento. La consecución de este objetivo se apoya actualmente en la creación de registros de programas de prevención, iniciativas de formación y el desarrollo de normas de calidad. El Plan Europeo de Prevención está diseñado para mejorar la eficacia general de los esfuerzos de prevención. Más de 25 Estados miembros de la UE y países vecinos cuentan ya con formadores nacionales del Currículo Europeo de Prevención. Los esfuerzos de prevención también cuentan con el apoyo de Xchange, un registro europeo en línea de intervenciones de prevención evaluadas.
Hay que seguir reforzando la prestación de servicios de reducción de daños

El consumo de drogas ilícitas causa una serie de daños agudos y crónicos y es un factor reconocido de la carga mundial de morbilidad. Las respuestas relacionadas con la reducción de daños, como el tratamiento con agonistas opioides y el suministro de material estéril a las personas que se inyectan drogas, están ahora ampliamente aceptadas como una importante contribución a la prestación de asistencia sanitaria. Sin embargo, la cobertura y el acceso a este tipo de intervenciones siguen siendo insuficientes en algunos Estados miembros de la UE en comparación con las necesidades estimadas. Algunos países también han invertido en servicios más nuevos, como salas de consumo de drogas, programas de naloxona para llevar a casa e instalaciones de control de drogas. La disponibilidad de estos servicios sigue siendo más limitada. Además, suele haber menos consenso entre los países sobre hasta qué punto estas medidas son respuestas adecuadas. Por lo tanto, es necesario realizar más estudios de investigación y evaluación para reforzar la base empírica necesaria para fundamentar las deliberaciones políticas en este ámbito.

Se necesita apoyo multidisciplinar para tratar a una cohorte de consumidores de opioides que envejece

Las estimaciones actuales sugieren que aproximadamente la mitad de las personas con un consumo de opioides de alto riesgo en la Unión Europea en 2021, unas 511 000 (524 000 incluyendo Noruega y Turquía), recibieron tratamiento con agonistas opioides. Las pruebas disponibles apoyan el tratamiento con agonistas opioides, con la observación de resultados sanitarios y sociales positivos, incluyendo una reducción del riesgo de mortalidad. Sin embargo, más del 60 % de los pacientes en tratamiento con agonistas opioides tienen ahora 40 años o más, mientras que menos del 10 % son menores de 30 años. Esto significa que los servicios tienen que abordar un conjunto más complejo de necesidades sanitarias en una población cada vez más vulnerable. Se necesitan vías de derivación eficaces a servicios más genéricos que ofrezcan tratamiento para las afecciones asociadas al proceso de envejecimiento. El tratamiento de este grupo, a menudo muy marginado, también debe responder a un complejo conjunto de problemas relacionados, no sólo con su consumo de drogas, sino también con cuestiones de salud mental, aislamiento social, empleo y vivienda. Por lo tanto, es necesario hacer mayor hincapié en el establecimiento de asociaciones eficaces entre múltiples organismos y los servicios genéricos de apoyo sanitario y social.

 

Día de sensibilización sobre las sobredosis

Día de sensibilización sobre las sobredosis

Lanzado inicialmente en Australia en 2001, el Día Internacional de Concienciación sobre las Sobredosis es hoy la mayor campaña de este tipo. El objetivo de la campaña es combatir el fenómeno de las sobredosis, recordar a los que se han ido, sin estigmatizarlos en modo alguno, y reconocer el dolor de los que se quedan, ya sean familiares o amigos.

La campaña, promovida en el sitio web https://www.overdoseday.com, también pretende sensibilizar al público en general sobre el fenómeno de las sobredosis, una de las crisis de salud pública más flagrantes, y estimular la acción y el debate sobre herramientas de prevención de sobredosis y políticas de drogas validadas científicamente.

Desde 2012, el Día Internacional de Concienciación sobre las Sobredosis (Overdose Awareness Day, or IOAD) está organizado por la organización australiana de salud pública sin ánimo de lucro Penington Institute. El Instituto se dedica a promover estrategias eficaces, formar a trabajadores de primera línea y organizar actividades de sensibilización en estos ámbitos.

Texto adaptado del sitio web https://www.overdoseday.com (haga clic para obtener más información y consultar el mapa de los eventos organizados en todo el mundo)

Una crisis mundial

Las sobredosis de drogas representan una crisis internacional. En los últimos veinte años, el número de muertes por sobredosis ha aumentado considerablemente en todo el mundo. Cada año se registra un número récord de muertes, debidas principalmente al consumo de opioides, a menudo en combinación con otras drogas como las benzodiacepinas, los estimulantes y el alcohol.

En 2020, se calcula que 284 millones de personas – o una de cada 18 personas de entre 15 y 64 años – consumieron una o más drogas en los últimos 12 meses, lo que supone un aumento del 26 % en comparación con 2010. Los opioides son responsables de dos tercios (69 %) de las muertes por sobredosis. Se calcula que el número de personas que consumen opioides en todo el mundo ha aumentado de 26 a 36 millones en 2010 a 61,3 millones en 2020. Las epidemias de sobredosis de opiáceos están causando estragos actualmente en distintas partes del mundo. Una de ellas está vinculada esencialmente a la amplia disponibilidad de fentanilo, un opioide sintético especialmente potente, en Estados Unidos y Canadá.
Además, desde principios de los años 2000, una nueva droga se ha extendido a los principales escenarios de la droga en Estados Unidos: la xilacina o «tranq». Apodada «droga zombi» o «droga carnívora» por sus efectos y consecuencias para los consumidores, este sedante veterinario se mezcla con fentanilo, lo que aumenta tanto sus efectos como sus riesgos, hasta el punto de que la administración estadounidense declaró el pasado mes de abril que el fentanilo cortado con xilacina representaba ahora una amenaza para el país.

La otra epidemia de sobredosis se produce principalmente en el norte de África, África Occidental, Oriente Próximo y Oriente Medio y el sudoeste asiático, y está asociada al uso no médico de otro opioide sintético. Esta epidemia no aparece en los titulares y recibe relativamente poca atención de los medios de comunicación. El culpable no es la heroína cortada con fentanilo, ni siquiera la hidrocodona o la oxicodona, sino un analgésico mucho menos potente: el tramadol. Este opioide de venta con receta no sólo es barato, sino también fácil de conseguir, lo que lo convierte en la droga preferida de los jóvenes.

Prevenir las sobredosis es posible

Todas las sobredosis se pueden prevenir. Existen estrategias prácticas para revertir y prevenir las sobredosis y reducir los daños asociados al consumo problemático de drogas. Uno de los objetivos del Día Internacional de Concienciación sobre las Sobredosis es dar a conocer las estrategias y herramientas basadas en pruebas que pueden ayudar a prevenir las sobredosis, es decir, a evitar los daños y las muertes por sobredosis.

Para dar una respuesta eficaz a la actual epidemia mundial, es necesario que confluyan varios factores. Entre ellos se encuentran la activación de las comunidades para concienciar y abogar por el cambio, la generación de ideas y conocimientos escuchando a quienes han vivido experiencias de sobredosis y a las personas que consumen drogas, el uso de soluciones culturalmente apropiadas, y mucho más.

La sobredosis es un problema complejo que implica estigmatización, discriminación y diversos malentendidos sobre las drogas y las personas que las consumen. Muchas personas de nuestras comunidades han sido mal informadas o nunca han sido informadas sobre los riesgos asociados al consumo de drogas, incluidos el alcohol y los fármacos. Por lo tanto, nuestra respuesta colectiva a la prevención de las sobredosis requiere una respuesta integral por parte de los gobiernos, las organizaciones dentro y fuera de los sectores sanitarios, y una comunidad más empática e informada.

Fuentes:

Penington Institute (2022). Global Overdose Snapshot
UNODC (2022). World Drug Report 2022

 

Mujeres y adicción: ChatGPT muestra el camino

Mujeres y adicción: ChatGPT muestra el camino

En el marco de la campaña «El acceso al alcance de todas«, pedimos a ChatGPT que arrojara algo de luz sobre la cuestión del acceso de las mujeres a los servicios de tratamiento de las adicciones. La respuesta de la IA muestra un excelente dominio del tema, demostrando que se trata de un problema ampliamente reconocido y documentado, prueba, si es que hacía alguna falta, de que es hora de actuar para encontrar soluciones.

Nuestra pregunta:

¿Qué puede decirme sobre las barreras a las que se enfrentan las mujeres cuando intentan acceder a programas de tratamiento de las adicciones?

Respuesta de ChatGPT:

Las mujeres se enfrentan a varias barreras cuando intentan acceder a programas de tratamiento de adicciones. Estos son algunos de los retos más comunes con los que se pueden encontrar:

  • Estigma y expectativas sociales: Las mujeres que luchan contra la adicción pueden enfrentarse a un importante estigma, juicio y presión social. El miedo a ser etiquetada como «mala madre» o a experimentar la desaprobación social puede impedir que las mujeres busquen tratamiento. La sociedad a menudo pone mayores expectativas en las mujeres en términos de cuidado y mantenimiento de los roles familiares, lo que puede hacer que sea más difícil para ellas dar prioridad a su propia recuperación.
  • Falta de programas específicos de género: Muchos programas de tratamiento de la adicción se han diseñado históricamente centrándose en los hombres, olvidando a menudo las necesidades y experiencias únicas de las mujeres. Los programas específicos de género que abordan los factores físicos, psicológicos y sociales específicos que afectan a las mujeres son cruciales, pero su disponibilidad puede ser limitada.
  • Responsabilidades del cuidado de los hijos/as: Las mujeres, especialmente las que tienen hijos/as, pueden tener dificultades para acceder al tratamiento debido a sus responsabilidades en el cuidado de la infancia. Encontrar opciones fiables y asequibles para el cuidado de los niños y niñas mientras asisten a las sesiones de tratamiento puede ser un obstáculo importante para las mujeres que buscan ayuda.
  • Limitaciones económicas: Los factores económicos pueden crear barreras al tratamiento para las mujeres. Los recursos financieros limitados, la falta de cobertura de seguro médico y las preocupaciones sobre la seguridad laboral pueden impedir que las mujeres accedan a programas de tratamiento de adicciones o dificultar su capacidad para comprometerse con un tratamiento a largo plazo.
  • Trastornos mentales concurrentes: Las mujeres con adicción suelen padecer trastornos de salud mental concurrentes, como ansiedad, depresión o problemas relacionados con traumas. La presencia de estas condiciones subyacentes puede hacer que sea más difícil acceder a servicios de tratamiento adecuados que aborden tanto la adicción como las necesidades de salud mental.
  • Conocimiento e información limitados: Algunas mujeres pueden no conocer las opciones de tratamiento disponibles o tener un acceso limitado a la información sobre adicción y recursos de recuperación. Esta falta de conocimiento puede impedir su capacidad para buscar ayuda o tomar decisiones informadas sobre su camino al tratamiento.
  • Factores culturales y sistémicos: Las creencias culturales, las normas sociales y los factores sistémicos pueden influir en la voluntad y la capacidad de las mujeres para buscar tratamiento de la adicción. Factores como la discriminación, los estigmas culturales, las barreras lingüísticas y la escasa representación de mujeres diversas en los entornos de tratamiento pueden crear obstáculos adicionales.

    Es importante hacer frente a estas barreras y ofrecer programas de tratamiento de las adicciones que tengan en cuenta la perspectiva de género y sean integradores, teniendo en cuenta las necesidades y los retos específicos a los que se enfrentan las mujeres. Al derribar estas barreras, las mujeres pueden tener un mejor acceso a un tratamiento eficaz, al apoyo y a los recursos de recuperación.